22 de junio de 2012

Ceremonia del Inti Raymi


El martes 26 de junio a las 14,30  hs, docentes y alumnos de varios distritos escolares que integran el proyecto " Por la Memoria de la Tierra ", participarán de la ceremonia del Inti Raymi, en Parque Chacabuco, Emilio Mitre y Asamblea.


Aproximadamente participarán 500 chicos y chicas de escuelas públicas de la ciudad .


El solsticio del 21 de junio es una fecha esencial. NUESTRO AÑO NUEVO, EL AÑO NUEVO DE LOS PUEBLOS DEL SUR. Inti Raymi en quechua, Machak Mara en aymara, Wiñoj Tropantu en mapuche. 

Constituye un evento social, comunitario y familiar que liga las generaciones al pasado y al futuro. Representa el comienzo de un nuevo ciclo de vida y la renovación de energías interiores. Por ser la noche más larga y fría del año, el momento de máximo alejamiento de la Tierra respecto del Sol, se protege el seno de la Pachamama, calentándola con el abuelo Fuego mientras se espera los primeros rayos del Tata Inti.


La Tierra no es de la Humanidad, sino que la Humanidad es de la Tierra. El ser humano no tejió la red de la vida, es un hilo de esa red. Todo lo que haga a esa red se lo hará a sí mismo. 



PEDIMOS QUE NOS AYUDEN A DIFUNDIRLO PARA QUE AÑO A AÑO SE MULTIPLIQUE CADA VEZ MÁS


¡ LOS ESPERAMOS !



21 de junio de 2012

Inti Raymi

Por medio de un proyecto presentado por alumnos de la Escuela Nº 23 del Distrito Escolar 11, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el marco del Programa “La Legislatura y la Escuela”, promulgó la Ley 1550 publicada en el Boletín Oficial el 18 de enero de 2005, e instituye el día 21 de junio como Año Nuevo de los Pueblos Originarios.



Inti Raymi significa en quechua, Fiesta del Sol. y la celebran todos los pueblos integrantes del Tawantisuyu

Esa noche es muy esperada ya que marca el inicio del nuevo año Solar. Se ruega y se hacen ofrendas para que el nuevo ciclo pueda comenzar, se venera a la PACHAMAMA o tierra madre para ayudarla y llamar a TATA INTI, el antiguo padre sol que preside todo lo que vive en el aire, el agua y la tierra.


Esta ceremonia ancestral se desarrolla con la llegada del solsticio de invierno para dar la bienvenida a un nuevo año agrícola (5.520 de la cultura Aymara), con la salida del sol. 


Pese a ser conocida popularmente por su nombre quechua, se trata en realidad de una festividad común a muchos pueblos prehispánicos de los Andes. A través de ella, y apenas asoman los primeros rayos del sol, se piden energías positivas para las comunidades y un buen año para las cosechas. Por lo que también se practican agradecimientos a la Pachamama con cantos, danzas, y ofrendas.


La celebración del Inti Raymi se realiza en todo el corazón andino de América. 


Este año en la Argentina se celebrará en Santa María, provincia de Catamarca.


Para reflexionar:



Mi papá junto a Luisa Calcumil (actriz mapuche)



19 de junio de 2012

Susurradores


Los susurradores
"Los corazones cercanos se hablan bajito,
los corazones lejanos se gritan:
susurremos al corazón y acerquemos distancias"




Los susurradores son tubos de cartón que sirven para transmitir poesías o coplas que se recitan al oído.
Un tubo de cartón, dos personas y un poema.
Los elementos necesarios para trasportarse a lugares soñados, sin moverse del lugar.
Esa es la función de los susurradores de poemas, que susurran piezas literarias al oído de las personas por medio del “susurrador”.
Este arte surgió en Francia, cuando un grupo de artistas salió a las plazas a susurrar a los parisinos. Ellos preguntan al transeúnte si quiere escuchar y muchas veces les dicen que no, pero a la mayoría les encanta.
En el momento en que a la persona se le susurra en el oído la cara de éste va cambiando, es increíble, de la sonrisa a la meditación o al asombro.
La acción de susurrar es la pretensión de ralentizar el tiempo. Una irrupción poética en el espacio público invita a detenerse en este mundo apresurado para disfrutar de la palabra. Y dado que en esa ceremonia íntima se establece un vínculo lúdico entre el que susurra y el que es susurrado, la posibilidad de llegada aumenta, genera placer y enciende el deseo de tomar contacto con otros textos poéticos.



- La idea principal es fomentar el gusto por la lectura 


- El uso de tubos de cartón para decir cosas al oído de otros, movilizando las emociones.

- Se susurran: poesías, cuentos cortos, fragmentos de textos diversos, novelas, cuentos enteros, anécdotas cotidianas, canciones, adivinanzas, coplas, tantanes…

- El susurrador es un promotor de la lectura.

- Es un recurso atrapante para los lectores rebeldes (sin interés por la poesía)

- Genera cohesión grupal y afirmación individual.

- Genera espacios para compartir y comprometerse comunitariamente.

- Propicia el dar y el recibir.

- Habilita la lectura.

- Invita al juego

Materiales necesarios:

R Tubos de Cartón: preferentemente de los que vienen en las piezas de tela, pero también se pueden utilizar los de rollo de cocina

R Materiales para la decoración: pintura, telas, lana, entre otros materiales reciclables

Confección:

Para lograr esta experiencia los chicos necesitarán armar sus "susurradores"
Consistirá en decorar los tubos con los materiales elegidos, donde quede reflejada la impronta de cada uno.

Utilización:

Un extremo del tubo se coloca en la oreja del oyente y por el otro extremo los susurradores comienzan a relatar poesías. El cartón logra un efecto sonoro similar al colocarse un caracol al oído y esto juega con las sensaciones del espectador.

Propósitos:
         
Enfrentar a los niños con experiencias de comunicación auténticas
 
* Interactuar con usuarios competentes del lenguaje y con los propios pares.

Contenidos:

Prácticas de la lectura:

Integrar una comunidad de lectores
         
-  Interactuar con obras consideradas valiosas por la comunidad cultural tanto con aquellas que representan la cultura del grupo de pertenencia familiar de los alumnos como con aquellas reconocidas por la comunidad más amplia.
          
- Compartir con otros la lectura

 Constituirse en un miembro activo de una comunidad de lectores de literatura.
- Decidir si se elige o no un libro a partir de las recomendaciones recibidas, de su autor, de su pertenencia a un determinado género o subgénero.

Valorar la lectura literaria como experiencia estética.
       
 - Reflexionar sobre los efectos que un texto poético produce sobre uno mismo y tratar de advertir las razones que los provocan: los recursos poéticos.

- Encontrar vínculos entre los recursos poéticos y la creación del sentido.

Oralidad:

Expresar las emociones a través del lenguaje.
          
- Fundamentar lo que se dice en base a lo que se siente.
         
Discutir la legitimidad de una emoción

Destinatarios:
Los alumnos no estarán obligados a participar, se formarán pequeños grupos con los alumnos que estén interesados en hacerlo.

Desarrollo:

La idea es que los chicos participantes aparezcan repentinamente en aulas, pasillos, Dirección y te pregunten "si pueden susurrarles algo al oído."
Susurran en el barullo de los pasillos, en el silencio de las bibliotecas y siempre son un regalo en minutos de felicidad poética.
¿Qué susurran? : Secretos poéticos, poesías, declaraciones, frases a través de tubos de cartones de muchos colores.
Hay cinco reacciones usuales de quienes son susurrados: la luz en los ojos, la emoción o  alegría en los ojos, la manera de agradecernos susurrando, el hecho sencillo de guardar el secreto de lo que vienen de escuchar, el silencio y la calma que se crea.

Actividades previas:
Como inicio de este proyecto, hablaremos con los niños de la historia de los susurradores, de la utilización de la voz para leer poemas, y las prácticas y ensayos necesarios para lograr la cadencia deseada.
Comprender que la poesía tiene un ritmo, no debemos leerla de corrido ni haciendo una pausa cada vez que un verso termina, sino descubriendo la cadencia del poema, según las emociones que vaya sintiendo quien lo lee.
Leer diferentes poemas, aportados por la docente, los alumnos, las familias. También se pueden incluir coplas o pequeñas frases y porqué no animarse con producciones propias.
Seleccionar los poemas o fragmentos que más les gustaron. Pueden copiarlos y leerlos o aprenderlos de memoria.

Actividades durante:

Los niños participantes irán por la escuela ofreciendo sus susurros y algunas sorpresas poéticas más que estamos preparando.
Buscarán el momento adecuado para abordar a quién va a escuchar

Actividades  después:

Puesta en común de la experiencia.

Evaluación:
Se tendrán en cuenta los siguientes criterios:
           
*Participación
           
*Interés
        
*Nivel de lectura
       
*Producciones personales






18 de junio de 2012

Semana de la Lectura




La 2da Semana de la lectura, en consonancia con la primera, tiene como objetivo central desarrollar acciones educativas que instalen la lectura en un lugar de privilegio en el devenir de nuestras actividades cotidianas en la escuela. Además se propone una amplia invitación a lecturas compartidas, sostenidas, acompañadas por toda la comunidad educativa, docentes, directores, bibliotecarios, padres y vecinos poniéndole diferentes voces a los personajes de los textos y poblando con ellos alguno de los momentos memorables de la vida escolar. La idea es que cada miembro de la comunidad de los distintos niveles del sistema educativo se comprometa una vez más con su valioso aporte para realizar acciones que fomenten la lectura, que incentiven a los alumnos a vincularse de un modo más estrecho con la cultura letrada.
Esta 2da Semana de la Lectura propone recorrer la diversidad de géneros y subgéneros: cuento, poesía, novela, mitos, leyendas y teatro; abriendo de este modo el abanico sugerido de nuevas lecturas fomentando la construcción de sentido que supone considerar a los alumnos como lectores activos frente a los géneros literarios. En línea con el Diseño Curricular, este abanico permitirá “definir las propias preferencias a partir de la interacción con la multiplicidad de textos literarios  propuestos y emprender trayectos propios de lectura (autores, géneros, subgéneros)” .


Cada escuela tendrá la posibilidad autónoma de recrear la semana a través de actividades de animación a la lectura. 
- Leer en voz alta, 
- Invitar a un familiar que comparta su memoria lectora, 
- Descubrir las reglas de los géneros, 
- Dar a conocer nuevos libros,
- Investigar en profundidad acerca de biografías de los autores.  



Nuevamente la propuesta es enriquecer y aportar a vuestra tarea diaria.

20 de octubre: 
Lunes de cuento
Sugerimos que los alumnos de años superiores les lean cuentos a los de años inferiores. Te cuento, contame.
En la Biblioteca: la propuesta buscar libros de cuentos y armar rondas de lecturas y listados de sugerencias.

21 de octubre
Martes de poesía
Invitamos a las familias, amigos o vecinos a leer sus poemas preferidos. Todos leímos rimas, poesías breves, limericks, trabalenguas, y jugamos con ritmos y lenguaje.

22 de octubre
Miércoles Ilustrado… y ¡de Novela!
Lecturas encadenadas: uno comienza la historia y entre todos van armando la lectura compartida.

23 de octubre 
Jueves “.. de Leyendas y Mitos..”
Los docentes, directores y bibliotecarios leen a los alumnos de sus grados/años una selección de leyendas o mitos favoritas. Las que recuerdan, las que son memorables y las que conforman nuestro acervo cultural.

24 de octubre
Viernes de teatro
Proponemos la lectura de varios textos teatrales para luego seleccionar entre alumnos y docentes uno de ellos.... Quienes se animen pueden realizar una representación teatral para el resto de los compañeros.

Poesías

Decimales


¡Qué tranquilo va ese piojo
sobre el lomo del león!
Tiene aplomo y decisión
al prenderse como abrojo!
Es gran domador, pero ¡ojo!,
que si el felino se enoja,
su sangre se vuelve roja
y ruge que es un contento.
¡Y entonces sí, lo lamento,
porque la cosa se empioja!

¡Dónde se ha visto que un pato
vuele mejor que un halcón!
Pero hubo un pato chiflón
que cual deportista nato
se esforzó en todos sus ratos
hasta estar bien entrenado
Desafió al campeón alado
a una carrera de aliento
y con ayuda del viento
el pato salió empatado

A la sombra de un cerezo
se reencontraron dos pavas.
Se dieron, tan finas damas,
a su manera dos besos
y empezaron, pan y queso,
una charla prolongada.
Hicieron una ensalada
de chismes y habladurías
que fueron, como diría,
pavadas, puras pavadas.

Una mosca muy ladina
se metió en un restorán
tras el aroma de un flan
que venía de la cocina
Y, como usted se imagina,
anduvo de plato en plato,
defendiendose a lo gato
de manotazos y palmas
Y después pidió con calma:
"Por favor, mozo, un moscato"


Cayeron al mediodía
a la casa de una avispa
dos bichos ojos de chispa
vendiendo mil chucherías.
“¡Mire qué mercadería!
¡La traemos importada!”
Mas la avispa, desconfiada,
se plantó que no y que no,
y uno al otro murmuró:
“Esta avispa... esta avispada”.

Un baile de ambiente chato
en la selva discurría.
Ni jarana, ni alegría,
según recuerda el relato.
Dijo un cuervo: “Ya hace rato
que no hay ocasión de nada”.
En eso, de una enramada
se descolgaron tres monos
y al baile le dieron tono
porque eran una monada.

Poema de Oche Califa


Poema al tomate: 



Ay! ¡Qué disparate! 
 ¡Se mató un tomate! 
 ¿Quieren que les cuente? 
 Se arrojó en la fuente 
 sobre la ensalada recién preparada. 

 Su vestido rojo, todo descosido,
cayó haciendo arrugas 
 al mar de lechugas. 

 Su amigo el zapallo corrió como un rayo 
pidiendo de urgencia por una asistencia 
Vino el doctor Ajo y remedios trajo. 

 Llamó a la carrera a Sal, la enfermera. 
Después de secarlo quisieron salvarlo, 
 pero no hubo caso: ¡estaba en pedazos! 
 Preparó el entierro la agencia “Los Puerros”. 
 y fue mucha gente... 
 ¿quieren que les cuente? 
 Llegó muy doliente Papa, 
el presidente del club de Verduras, 
 para dar lectura de un “verso al tomate” 
 (otro disparate) 
 mientras, de perfil 
 el gran perejil 
 hablaba bajito 
 con un rabanito. 

 También el laurel 
 (de luna de miel con doña nabiza) 
 regresó de prisa 
 en su nuevo yate 
 por ver al tomate. 
 Acaba la historia: 
 ocho zanahorias 
 y un alcaucil viejo forman el cortejo 
 con diez berenjenas 
 de verdes melenas 
 sobre una carroza 
 bordada de rosas. 
 Choclos musiqueros 
 con negros sombreros 
 tocaban violines, 
 quenas y flautines, 
 y dos ajíes sordos 
 y espárragos gordos 
 con negras camisas 
 cantaron la misa. 
 El diario “ESPINACA” 
 la noticia saca. 
 HOY, QUÉ DISPARATE! 
 ¡SE MATÓ UN TOMATE! 
 Al leer, la cebolla 
 llora en su olla. 
 Una remolacha 
 se puso borracha. 
 —¡Me importa un comino! 
 —dijo don Pepino... 
 y no habló la acelga 
 (estaba de huelga). 

Poema de Elsa Bornemann


En el Reino del revés


Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.

Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.

Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.

Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pekinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.

Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.

Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del marqués
en caballos de ajedrez.

Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.

Poema de María Elena Walsh

Si querés leer más poesías de Elsa Bornemann, hacé click acá: Poesías de Elsa Bornemann
Si queré leer más poesías de María Elena Walsh, hacé click acá: Poesías de María Elena Walsh
Si queré leer más poesías de otros autores, hacé click acá: Poesías Infantiles




15 de junio de 2012

Susurradores

Los susurradores son tubos de cartón que sirven para transmitir poesías o coplas que se recitan al oído.


Un tubo de cartón, dos personas y un poema.
Los elementos necesarios para trasportarse a lugares soñados, sin moverse del lugar.
 Esa es la función de los susurradores de poemas, que susurran piezas literarias al oído de las personas por medio del “susurrador”.

 Este arte surgió en Francia, cuando un grupo de artistas salió a las plazas a susurrar a los parisinos. Ellos preguntan al transeúnte si quiere escuchar y muchas veces les dicen que no, pero a la mayoría les encanta.

En el momento en que a la persona se le susurra en el oído la cara de éste va cambiando, es increíble, de la sonrisa a la meditación o al asombro.

La acción de susurrar es la pretensión de ralentizar el tiempo. Una irrupción poética en el espacio público invita a detenerse en este mundo apresurado para disfrutar de la palabra. Y dado que en esa ceremonia íntima se establece un vínculo lúdico entre el que susurra y el que es susurrado, la posibilidad de llegada aumenta, genera placer y enciende el deseo de tomar contacto con otros textos poéticos.











  •  El uso de tubos de cartón para decir cosas al oído de otros, movilizando las emociones.
  •  Se susurran: poesías, cuentos cortos, fragmentos de textos diversos, novelas, cuentos enteros, anécdotas cotidianas, canciones, adivinanzas, coplas, tantanes…
  •  El susurrador es un promotor de la lectura.
  •  Es un recurso atrapante para los lectores rebeldes (sin interés por la poesía)
  •  Genera cohesión grupal y afirmación individual.
  •  Genera espacios para compartir y comprometerse comunitariamente.
  •  Propicia el dar y el recibir.
  •  Habilita la lectura.
  •  Invita al juego

Políticas de Infancia

Los derechos de los niños, niñas y adolescentes

Participamos del 
Plenario por los Derechos de los niños

en la Escuela Normal Superior N° 2
"Mariano Acosta"








El Postítulo de Especialización Superior en Políticas de Infancia, constituye un espacio de formación de pos grado, que promueve la deliberación pública de los contenidos de las políticas conjuntamente con las concepciones de infancia que operan en sus bases. 

El discutir estos contenidos implica plantear el problema de la naturalización de las distinciones burocráticas de las políticas de estado, sectorizadas como políticas educativas, sociales, culturales, en salud, etc. y transparentar cómo las mediaciones entre estado, sociedad e infancia revelan la segmentación de las prácticas institucionales e incluso, una cierta segmentación de las prácticas disciplinares en el campo del conocimiento. 

De modo que plantear una estrategia de abordaje integral para las políticas de infancia supone una forma de entender las restricciones de las políticas sectorizadas.

2 de junio de 2012

¡Miedo!


AQUEL CUADRO – Elsa Bornemann



Arriba del ropero del dormitorio de sus padres. En el mismo sitio adonde había ido a parar una variedad de objetos en desuso. Debajo de la sábana de polvo y pelusas que los cubría. Ahí encontró Hilario Cuevas aquel cuadro, cuidadosamente empaquetado y lo único rescatable del montón de cosas que su madre había ido colocando sobre el ropero a lo largo de su matrimonio. (¿Quién —que tenga o haya tenido un ropero— no lo usa o lo usó como una suerte de depósito de objetos que no se decide a tirar, aunque intuye que jamás volverá a necesitarlos?)

Aquel cuadro era un óleo de mediana proporción, enmarcado. Sobre el ángulo inferior derecho de la tela, la querida letra y la firma que el joven conocía bien: Irenita. Junto a la firma, una fecha que indicaba que esa pintura había sido hecha por su madre cincuenta años atrás, como las otras que decoraban una pared de la cocina y que pertenecían a la época de la niñez de Irene, cuando fantaseaba con ser artista plástica. Nunca lo había visto antes.


Por eso, Hilario se conmovió doblemente y —durante un rato— permaneció sentado sobre la cama de los padres, abrazado al cuadro y con la mirada perdida en sus recuerdos. La campanilla del teléfono lo volvió al presente. Ya habían cortado cuando atendió.


Ahora estaba en su cuarto y aún cargaba —amorosamente— el óleo cuando se le ocurrió que esa pared desnuda frente a su propia cama era el lugar ideal para colgarlo.—Así lo voy a contemplar todas las noches... —pensaba, mientras que a golpe de martillo, colocaba un clavo en el espacio elegido—.


Es como si mamá hubiera querido hacerme un regalo postrero... Pobrecita... ¡ya un mes que no está más...! E Hilario dedicó la última hora de aquel viernes a mirar el cuadro con enternecido detenimiento.


Su mamá había pintado una casa estilo Tudor. Dos pisos con cuatro ventanas cada uno. Cortinas que impedían ver el interior de las habitaciones, cálidamente iluminadas...Al frente, un jardín florido y —medio confundida entre las plantas— la silueta de un muchacho manejando una hoz. ¿El jardinero de aquella residencia, tal vez? Durante las semanas que siguieron al encuentro de aquel cuadro, Hilario destinó sus momentos libres a contemplarlo. Emocionado como estaba por ese hallazgo inesperado, cada día le parecía más hermoso y no lograba explicarse por qué su madre lo habría guardado, casi oculto se hubiera dicho.


Una noche —a punto de dormirse a la par que escuchaba la radio y con la vista distraída en el óleo— Hilario creyó observar que una de las cortinas del primer piso de la casa pintada se descorría lentamente. —El sueño me hace ver visiones... —pensó de inmediato y apagó el velador, dispuesto a descansar.—Todas las cortinas de esa casa están corridas —se dijo, antes de caer profundamente dormido.


Y esa madrugada soñó con sus padres y se sintió pequeño y mimado como cuando los dos vivían y le decían "Lari". Se despertó de buen humor. Se estaba vistiendo para salir a hacer su acostumbrada caminata de los sábados, cuando recordó el asunto de la cortina del cuadro. Se volvió hacia el óleo y sonreía por lo que —en ese momento—consideraba una visión producto del cansancio nocturno, pero vio que la cortina del primer piso de la casa pintada estaba —realmente— descorrida. Se inquietó. Y más aún cuando una nena que aparentaba pedir auxilio se asomó a esa ventana y le hizo señas desesperadas. Enseguida —y por detrás de la niña— una mujer —que se le parecía notablemente— hizo lo mismo. Hilario creyó que se estaba volviendo loco.—Esto me pasa por pasar tantas horas mirando el cuadro de mamá —supuso—.


Estoy sugestionado como una criatura y —muy molesto consigo mismo—terminó de abrocharse las zapatillas y abandonó su cuarto, sin volver a mirar el óleo. Esa noche —ya de regreso a su casa— decidió que dormiría en la sala. Se ubicó —entonces— en un sofá, prometiéndose que no volvería a mirar el cuadro hasta la mañana siguiente. Sin embargo, cerca de la madrugada se despertó de repente. Transpirando— a pesar de la baja temperatura ambiente—y con la necesidad impostergable de contemplar el óleo. Se dirigió a su cuarto y así lo hizo. ¡Para qué! Ahora eran dos las cortinas descorridas. Tres de las ventanas del primer piso de la casa pintada lo estaban y — detrás de ellas, la niña y la mujer en una, un niño en la otra y un hombre en la restante—. Todos pedían auxilio y le hacían señas desesperadas. En sus caras, el espanto. En la de Hilario, también.


Temblando, descolgó —entonces— el cuadro y lo colocó —bruscamente— sobre su cama, de pintura contra el acolchado, para no ver esas imágenes que tanto lo estaban perturbando. ¿Cómo era posible? En un impulso, se abrigó para salir a la calle:—Debo averiguar si esa casa que pintó mamá existe o existió y a quién pertenece —pensaba—, y la primera idea que tuvo al recorrer la cuadra de su domicilio fue la de encaminarse hacia el barrio donde ella había pasado su infancia y su adolescencia y del que había partido para casarse con su padre.—Seguramente, esa pintura —como las otras que hizo— fue inspirada en algún paisaje vecino...Hilario estaba tan nervioso que las aproximadamente ochenta cuadras que lo separaban de aquella zona las atravesó casi sin darse cuenta. El sol del domingo ya acariciaba los árboles cuando llegó al barrio donde su mamá había sido "Irenita".


Recién después de haberlo recorrido sin parar, Hilario se halló —de pronto— frente a la casa que la madre había pintado en el cuadro. Dos veces había pasado a lo largo de ella y sin reconocerla. Claro, cincuenta años no habían transcurrido en vano: era la misma casa, pero lógicamente envejecida por la acción del tiempo y bastante transformada a fuerza de refacciones. El jardín delantero no existía ya, por ejemplo. Un desierto patio ocupaba el espacio que antes había pertenecido a césped y plantas. Sobre la verja de la entrada, un cartel anunciaba: "Jardín de Infantes Tulipán".


Como tantas otras antiguas casonas, a esa también la habían convertido en una escuela. Muy excitado, Hilario pulsó el timbre sobre el que se leía: "Portería". Ya estaba por irse —después de tocar varias y prolongadas veces— cuando una viejita salió desde una de las puertas laterales de la residencia. —Sí... ya va... Ya va... —decía, mientras se le aproximaba a Hilario alisándose el pelo y acomodándose una chaqueta que terminaba de ponerse.


 —¿Qué desea, señor?
—Esteee... Buenos días... Disculpe la molestia... pero...
—¿Qué pasa? A usted no lo tengo visto por aquí. ¿En qué puedo serle útil?


Entonces, Hilario le contó una historia que se le iba ocurriendo a medida que la desarrollaba. No podía decirle la verdad. El caso es que se las ingenió tan bien que la viejita le dio —exactamente— la información que el muchacho ansiaba. Entre otros detalles que no le interesaban en absoluto supo —por ejemplo— que esa casa había pertenecido —cincuenta años atrás— a una tal familia Dubatti... que sus cuatro integrantes habían muerto asesinados... que nunca se había descubierto al criminal... que la finca había permanecido cerrada durante mucho tiempo... y que ella era la encargada desde el mes en que se había inaugurado el Jardín de Infantes, hacía once años. La viejita seguía hablando y hablando cuando Hilario pensó que ya tenía datos suficientes como para empezar a comprender el secreto que el cuadro encerraba.


Casi sin despedirse de la anciana, llamó a un taxi y volvió a su casa, hecho un relámpago. Corrió a su cuarto y tomó el cuadro. Lo observó con atención. El miedo le picoteó el corazón. ¡Las cortinas del primer piso de la casa pintada continuaban descorridas pero ningún rostro desesperado volvió a dibujarse detrás de ellas! Aunque lo más impresionante era que.... ¡la silueta del jardinero había desaparecido del óleo! Fuera de control, Hilario arrojó el cuadro al aire. Al estrellarse contra el suelo, el marco quedó por un lado, el óleo por otro y el cartón que lo protegía por detrás fue a parar abajo de su cama. Cuando —dolorido por su actitud de haber intentado romper una pintura de su madre—, Hilario se empezó a recomponer y a recoger las partes dispersas del cuadro, encontró aquel papel doblado en varios cuadraditos. Era un papel de carta fino, tipo Biblia y —sin dudas— había saltado del interior del cuadro cuando se había descuajeringado debido al golpe contra el piso. Con el corazón fruncido, el joven lo desdobló. Era un mensaje manuscrito. La letra infantil de su madre y esta confesión:


ME LLAMO IRENE DEL PINO Y TENGO DOCE AÑOS. AYER MISMO —ANTES DE QUELLEGARA LA POLICÍA— DESCUBRÍ —POR CASUALIDAD— QUIÉN ES EL ASESINO DE LOSDUBATTI. PERO ÉL LO SABE Y ME AMENAZÓ DICIÉNDOME QUE SI SE ME OCURRECONTAR LO QUE VI, ME VA A MATAR. ME DIJO TAMBIÉN:—ESTÉS DONDE ESTÉS Y SEA CUANDO FUERE, SI ALGUIEN SE ENTERA DE LO QUE PRESENCIASTE, YO ME LAS ARREGLARÉ PARA MATARTE APENAS ME DELATES. Y CON LA MISMA ARMA CON QUE ASESINÉ A TU AMIGA ANDREA Y AL RESTO DE SUFAMILIA: A SUS PADRES Y A SU HERMANO LORENZO, POR SI DEBO RECORDÁRTELO. CON ESA MISMA ARMA QUE ME SORPRENDISTE LAVANDO, VOY A ACARICIAR—ENTONCES— TU COGOTE.YA TE ESTOY ODIANDO COMO A LOS DUBATTI, ASÍ QUE NO LO OLVIDES Y BOCA CERRADA. ¿ENTENDISTE? TENGO PÁNICO Y ESCRIBO PARA ALIVIARME UN POCO DEL PESO DE ESTE SECRETO TERRORÍFICO. LE PIDO A DIOS QUE ME AYUDE A CALLAR Y ESPERO QUE SE HAGA JUSTICIA ALGÚN DÍA. EN EL CUADRO QUE ACABO DE PINTAR Y DENTRO DE CUYO MARCO VOY A OCULTARESTE MENSAJE, APARECE EL ASESINO CON SU ARMA, EN LA MISMA CASA EN LA QUE COMETIÓ SUS CRÍMENES. OJALÁ RECIBA SU MERECIDO CASTIGO. IRENITA


Un grito arañó la garganta de Hilario:—¡El jardinero! ¡El jardinero fue el asesino de la familia Dubatti! En el mismo instante en que pronunciaba aquellas palabras, recordó que ya no estaba en el óleo. ¿Dónde entonces? Hilario se lanzó sobre el teléfono. Comenzaban discar el número de la policía —por más que se le antojaba absurdo todo lo que le estaba ocurriendo— cuando la sombra de una hoz —proyectada sobre la pared que tenía al frente— lo paralizó. ¡El jardinero del cuadro! Se dio vuelta con el tiempo justo como para ver lo que mejor no: erguido a sus espaldas y barajando la hoz, un viejo. Durante un instante, Hilario creyó que estaba a salvo. ¡El jardinero del cuadro era un muchacho y no ese hombre de barba y pelos blancos! Durante el instante siguiente, Hilario entendió que estaba perdido:¡Ese hombre era el jardinero, con cincuenta años más sobre su piel!—¡Piedad —por favor— no me mate! —aulló entonces. El viejo seguía haciendo bailar su hoz mientras le decía:—Ja. Yo no cometo dos veces el mismo error. Voy a degollarte como tendría que haberlo hecho con Irenita, tu estúpida madre...—¡Le ruego; déjeme vivir y juro que no voy a delatarlo! ¡Mire, mire lo que hago con este mensaje de mi mamá! —e Hilario rompió el papel de la confesión en mil pedacitos y —haciendo un bollito con ellos— se los tragó.


El jardinero estaba a punto de descargar su hoz contra el cuello de Hilario pero el rostro y el cuerpo del muchacho le indicaron que no hacía falta: era evidente que acababa de sufrir un ataque al corazón. Pocos minutos después, expiraba.—Indudablemente, este muchacho se trastornó debido al fallecimiento de su madre... —opinó, días después, el jefe de policía en una conferencia de prensa. Y vean si no: la autopsia reveló que su última cena fue... papel... Un loco manso, eso es todo... No, su habitación estaba en perfecto orden. Un síncope. ¿El cuadro que encontramos junto a su cadáver y todo roto? Ah, sí. Una pintura hecha por su mamá durante la infancia... Nada de valor...Afectivo sí, por supuesto. ¿Qué representa? Una casa. Una casa estilo Tudor. Dos pisos con cuatro ventanas cada uno. Cortinas que impiden ver el interior de las habitaciones, cálidamente iluminadas... Al frente, un jardín florido y—medio confundida entre las plantas— la silueta de un muchacho manejando una hoz. ¿El jardinero de la residencia, tal vez? Pero ya me están haciendo ir por las ramas: ¿Qué tiene que ver el óleo con la muerte, señores periodistas? Y aquel cuadro —pintado por inexpertas manos infantiles y al que— por lo mismo —no se le otorgó ninguna importancia—, fue a parar a uno de los tantos camiones que recolectan desperdicios, junto con todos los demás que había hecho Irenita
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